domingo, 14 de febrero de 2016

Taller: "Yo solit@"

Educando a nuestros hijos en autonomía

"Ayúdame a hacerlo por mi mismo"
         María Montessori





Hacer un taller sobre autonomía nos pareció muy importante ya que un desarrollo adecuado de la autonomía de un niño o una niña tiene gran relación con todas las dimensiones que formarán su personalidad, no es algo aparte; los niños todo lo viven de forma global y por ello el desarrollo de su autonomía será en su globalidad.

El desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario en la educación y en el desarrollo de un niño y ahí la familia ocupa un lugar muy importante.
Arriba hemos hecho una mención a María Montessori, en cuyos principios metodológicos estaba la autonomía, en cuyos objetivos a conseguir estarían: 

  • la independencia física
  • la independencia afectiva, emocional
  • la independencia de voluntad
  • la independencia de pensamiento
Por otro lado conozcamos,según el psicólogo suizo Piaget, las dos etapas o momentos en el desarrollo del niño de 0 a 6 años:
La primera etapa: sensomotora ( 0-2 años), el niño/a aprende mediante ensayo y error. Aunque el niño/a aprenda, tiene que explorar su entorno, observar, tocar, sentir,… 
0-1 AÑOS
– Cuando el niño/a puede mantener su cabeza.
– Cuando el niño/a se mantiene el/ella sentado/a solo/a.
– Cuando el niño/a empieza a desplazarse, bien a cuatro piernas, bien poniendo el trasero en el suelo.. Ese será, 

Probablemente, en cuanto a la autonomía, el descubrimiento más duro que hace el niño/a: porque puede explorar por sí mismo su entorno, porque puede tocar y sentir entre sus manos lo que ve en su entorno…es una etapa de independencia corporal y de sentirse bien con el logro de sus desplazamientos.
1-2 AÑOS
– Cuando empieza a andar.
– Cuando es capaz de comer, merendar, cenar… solo.
– Cuando empieza a ponerse una u otra ropa sólo sin ayuda.
– Cuando puede expresar la necesidad de ir al baño…
La segunda etapa: preoperatoria (2-6 años) el niño/a tiende al simbolismo, a su realidad cercana, no diferencia la fantasía, utiliza el juego simbólico. Desarrollará principalmente aspectos como el lenguaje, el pensamiento intuitivo, la autoestima, la sociabilidad …
2-3 AÑOS
– Cuando de día es capaz de controlar el esfinter, cuando se le quitan los pañales, cuando puede orinar y hacer caca en el baño…
– Cuando se le quita el biberón y el niño/as es capaz de beber del vaso.
– Cuando al niño/a se le quita el chupete que tanto quiere y le calma en los malos momentos.
– Cuando es capaz de ponerse y quitarse ropa cómoda.
– Cuando se da cuenta de los peligros de su entorno.
– Cuando es capaz de comer y beber sentado como es debido a las horas de comida.
Cuando él/ella sólo/a se limpia sus manos y su cara…
3-4 AÑOS
– Cuando es capaz de evitar los peligros.
– Cuando es capaz de atarse los botones y ponerso-quitarse los zapatos.
– Cuando puede limpiarse los dientes él/ella sólo/a dándole instrucciones…
4-5 AÑOS
– Cuando puede vestirse y desvestirse él/ella sólo/a
– Cuando en casa puede recoger a la hora de las comidas su plato, su cuchara y su tenedor.
– Cuando asimila la costumbre de limpiarse los dientes, la cara, las manos…
– Cuando puede sonarse la nariz.
– Cuando puede lavarse y bañarse sólo/a.
– A la noche puede despertarse para ir al baño.
– Cuando puede peinarse sólo/a…
5-6 AÑOS
– Cuando en casa es capaz de tomar alguna responsabilidad.
– Cuando es capaz de decidir qué ropa ponerse.
– Cuando en las comidas es capaz de usar el tenedor convenientemente.
– Cuando es capaz de ir a las tiendas cerca de casa y realizar algún encargo.
– Cuando mira si viene algún coche a la hora de cruzar la calle…
Cierto es que los ritmos de cada niño pueden variar.Aunque a todos deberemos dejarles explorar, conocer e investigar el mundo que les rodea para que desarrollen sus propias capacidades y que así puedan valorar lo que pueden hacer, se sientan satisfechos y seguros. 

Cuando están preparados, tenemos que dejarles, aunque no lo hagan bien y su ritmo sea más lento. 

Fomentar la autonomía de nuestros hijos e hijas no es una tarea fácil: requiere tiempo, paciencia y entrega.  

Aunque les procuremos un ambiente seguro y agradable, cercano a sus posibilidades y necesidades, tenemos que evitar la sobreprotección, ajustar los espacios y niveles de exigencia y hacerles participes de nuestra vida. 
Un niño que hace las cosas por sí mismo, también posee autonomía emocional. 

La psicologa Alicia Banderas nos explica en este video, porqué la autonomía física y emocional están unidas. Nos alerta de la sobreprotección y de la importancia de mover a nuestros hijos de la zona de seguridad y confort, poco a poco, hacia una zona de riesgo, que no peligrosa, para que aprendan a enfrentarse a pequeños retos y pequeñas dificultades, de las que una vez superadas salgan fortalecidos, más seguros y motivados. 



La autonomía también está estrechamente relacionada con la seguridad que tiene uno consigo mismo, de expresar sus intereses y necesidades, con la aceptación de las normas, con la capacidad de superar la frustración y con saber aceptar responsabilidades.
Como habréis podido comprobar, vuestros hijos/as son capaces de hacer más cosas de las que creéis. De acuerdo con esto, quisiéramos dejar claro que sería muy perjudicial no dejarles hacer por nuestros miedos o que nosotros hiciéramos aquello que ellos ya son capaces de hacer por sí solos.
Aquí van algunos consejos para fomentarla:
Como norma general: todo aquello que pueda hacer sólo, siempre que no ponga en riesgo su seguridad, debe hacerlo él mismo.

– Aprovechar los sucesos, situaciones cotidianas para que aprendan a actuar, a tomar la iniciativa, para que sean protagonistas de aquello que realizan: vestirse, alimentarse, higiene personal, ayudar en casa, jugar, dormir,...
– Ante los obstáculos y conflictos que puedan tener, dejarles a ellos/as que les hagan frente por sí mismos. Podemos ayudarles a enfrentarse a sus problemas paso a paso cuando estén frustrados. Nunca hacerlo por ellos, simplemente guiarles con mucha calma.
– Ayudarles a encontrar soluciones a los problemas que puedan tener. Antes de dar una respuesta o una opinión, dejarles pensar a ellos y que se expresen.

– Ayudarles a desarrollar destrezas del lenguaje, hablándoles con oraciones completas, usando palabras de adultos, usando palabras y frases correctas. 
– Cuando muestran ganas de aprender, estimularles y animarles…dejarles experimentar.

– Animarle a que juegue con otros niños. Esto le ayudará a entender el valor de compartir y la amistad.

– Educar en positivo: ser claro y mantenr las reglas a la hora de educar a su hijo, explicándole y mostrandole la conducta que espera de él. Cuando le diga NO, además, dígale lo que SÍ espera a cambio.
– ¡DEJÉMOSLES PUES, QUE EMPIECEN A VOLAR POCO A POCO!